La vida es algo que hay que morder, y que en cada boca tiene su sabor. Su sabor cambia según la persona que la muerde. Están las personas aburridas, las que no ven el sentido de la vida, las que tienen un autoestima alto y las que se levantan cada vez que se caen. También están las que les dan igual sus defectos, y las que se mueren por ser perfectas. Pero yo, no soy ninguna de esas. Yo estoy en la clasificación de locas, las que no muerden la vida, sino que se la comen, como al mundo.
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