No tengo que sufrir para aprender; ni amar para que me quieran. No me tienen que olvidar para recordarme; y no tengo que vivir dos siglos para aprender que es la puta vida. No soy un juguete de ningún niño, y no leo cuentos. Mi cabeza, las decisiones, y mis ideas propias, son mías y de nadie más.
Que no me cuenten historias para dormir que esta tonta ya ha ido y ha vuelto dos veces.
¿Quién me va a obligar a elegir mis sueños? ¿Quien me va a obligar a hacer lo que no quiero? ¿Tú?
Desde luego que tú, no.
hola :)
ResponderEliminartienes un bonito blog, y nos gustaría que nos siguieras y que nos des tu opinión:D.
esperamos tu respuesta(:
un beso de Sara Irene y Miguel.
Leyendo esta entrada me he sentido más que identificada, esta tarde he dicho esas mismas palabras un beso te sigo desde
ResponderEliminarconalgomasquerecuerdos.blogspot.com/