No vamos a mentir, odiamos que los planes nos salgan mal, pero gracias a ello aprendemos, y a base de daños no de años maduramos, crecemos y nos formamos. Echamos cabeza, nos volvemos responsables, nos hacemos padres, buenos hijos, hermanos, amigos y buenos esposos. Nos volvemos responsables y y maduros con el paso de los años. Pero imaginate tú dando lecciones de vida a tus hijos, incitándoles a la responsabilidad, a controlarse, a decir no al alcohol y a las drogas, ayudarles a ser mejores personas y a que no se metan en problemas, sí imagínate tú, el mismo que hace todo eso desde que pisa la calle un viernes por la tarde hasta que la suelta un domingo por la noche, la de vueltas que da la vida y lo largo que es el camino, para que veas como es la propia vida y el destino el que nos hace cambiar el que nos hace variar el que nos da la felicidad
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