A veces hasta la mejor de las personas toma decisiones precipitadas, malas decisiones, decisiones de las que somos conscientes que nos arrepentiremos a la mañana siguiente. Bueno, tal vez no del todo, porque por lo menos nos hemos lanzado, pero aún así, algo en nuestro interior decide hacer una locura que sabemos que se dará la vuelta y nos morderá el culo. Aun así, decidimos hacerlo de todos modos. Lo que quiero decir es que, recogemos lo que hemos sembrado, nos devuelve nuestros actos, es el Karma y lo mires por donde lo mires es un asco. En realidad no podemos quejarnos de nuestro Karma, no es injusto, no es inesperado, sólo iguala la balanza.
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