Cada vez que le veo acercarse, cuando distingo su sonrisa entre la mutitud, cuando me mira y el resto del mundo desaparece, cuando oigo su voz y se me ilumina la mirada. Cuando estoy sola pero toda mi ropa huele a él, cuando me acaricia, me abraza, me muerde y cuando me coje de la mano como si fuera lo más importante del mundo. Cuando me aparta el pelo y me besa el cuello y todo mi cuerpo se extremece, hasta cuando creo que está enfadado y tiemblo de miedo, en esos momentos, por una razón ilógica fuera de los límites de los razonamientos lógicos, la gravedad se disminuye poco a poco a mi alrededor y mi cuerpo se despega del suelo sin querer. Al principio me pasaba a veces, unas veces si y otras no, pero ahora... Nunca rozo el suelo, porque cada vez que pienso en él vuelo.
Mucha verdad, mucho sentimiento y mucha razón! sige haciendo nuevos blogs porque dia a dia me meto para ver si has actualizado porque todos TODOS me encantan un beso guapa!
ResponderEliminarMe siento identificada con este texto. Tiene mucha razón y es precioso, como todos los que haces, sigue adelante!
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