Cuando te hacen daño, siempre procuras ir con cuidado, y construyes una especie de muros a tu alrededor, para que nada ni nadie tenga acceso a ti; vas con las manos por delante, como preparada para la caída, y, con el tiempo, te vas dando cuenta de que así lo único que haces es perderte cosas y más cosas. Ten el miedo que quieras, pero arrepiéntete de haberte equivocado, pégate la hostia y desde el suelo mira bien el camino. Los amores no vienen con fecha de caducidad, y ojala fuese así, porque sabes, desde el principio, el día que va a acabar, pero, como no vienen así, disfrútalos, a cada momento, evita peleas, y el miedo déjalo atrás, si sale mal… nada es para siempre, y con eso te irás dando cuenta con el tiempo, aunque si es verdad que puede durar mucho, o no. Y sí, puedo haber apostado otras veces, y haberme caído, aunque la última no fuese de boca, porque iba con las manos por delante… Ésta vez, pienso disfrutar cada momento y lo que venga, ya sea bueno o malo, bienvenido sea.
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