Por muchas noches en vela que dediques a pensar en tu vida, la verdad, es que encontrarás pocas soluciones. Podrás parchear o incluso evitar, tal o cual relaciones. Pero al final, volverá a pasar lo de siempre, que en un momento dado, saltarán pedazos, como tantas otras veces. Porque uno es como es y no es fácil dejar de serlo para querer a alguien. Es casi un combate perdido de antemano, así que lo mejor que nos podría pasar, es que las relaciones vinieran con fecha de caducidad, como los yogures. Así sabríamos de antemano, cual es la fecha del final y no perderíamos el tiempo en inseguridades, sospechas ni discusiones. Nos dedicaríamos a disfrutar cada momento lo mejor posible. Aunque si lo piensas, lo bueno de no tener fecha de caducidad, es que nos permite soñar, que a lo mejor, dura para siempre.
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