Escúchame tan solo unos segundos. Cierra los ojos. Piensa en todo lo que hemos pasado juntos, tú y yo, y nadie más. Mantente con los ojos cerrados. Respira hondo, despacio, sin prisas. Toma una gran bocanada de aire. Ahora imagina por un momento todo lo que podríamos llegar a hacer. Imagina, una tarde lluviosa, una película que me hiciera llorar. Nosotros bajo la manta, sobre el sofá. Imagina como sería visitar París a mi lado. Imagínate oír mi voz susurrándote “te quiero” todos los días. Imagina mil locuras, noches en vela. Mírarme a los ojos cada día. ¿Lo imaginas? No necesito que me digas nada. Solo quiero que veas todo lo que te estás perdiendo.
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