30 diciembre 2010

Puede ser que me quieras o puede ser que me odies..



Te escribo esta carta para decirte todas las cosas que nunca he sido capaz de decirte cara a cara. Te quiero, sí, sé que te sorprende que te diga esto, a mi también, supongo que tu a mi no, y no me extrañaría. Nunca hemos llegado a ser amigos, todo lo contrario, nuestro odio cada vez se ha ido haciendo más grande, y supongo que en mi caso he llegado al extremo, y no he tenido otro remedio a parte de este: enamorarme de ti. No se muy bien cuando ni como ha empezado esta etapa de mi vida, pero yo creo que mucho antes de lo que yo me pueda imaginar. Me he dado cuenta no hace mucho, y no ha sido de repente que digamos. Hacía días que notaba que te estaba dando más importancia que la de costumbre, que pensaba demasiado en ti, a pesar de que no pensara cosas buenas, y que cada vez me gustaba más hacerte enfadar, porque así, por muy absurda que fuera la tontería que hiciera por ti, pensarías en mi en algún momento, sí, que miserable, tener que hacer estas cosas para poder pasar por tu mente tan solo un pequeño instante…, y sé, que haciendo eso, me odiarás mucho más, te pensarás que soy una matada, una inútil, pero puedes pensar lo que quieras, yo lo único que quiero es que te pase lo mismo que a mi, que llegues al extremo y así, puedas llegar a sentir lo mismo que siento yo por ti. Esto, mi caso, demuestra las cosas sin sentido que se pueden llegar a hacer por amor. Pero nunca se sabe, tampoco sabrás esto nunca, ya que no tendré el valor de darte esta carta, y, si yo fuera de esas personas a las que se les llama optimistas, podría pensar que estás pasando por la misma situación que yo, pero a mi no me gusta ser así, porque después tal vez te das cuenta de que lo que tu te esperabas ha pasado de una manera diferente, y no confías más en ti misma. Por lo tanto, no quiero imaginarme lo que tu sientes o sentirás por mi, supongo que el tiempo lo dirá, o tal vez no, ¡nunca se sabe!

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